JU(Z)GAR
A veces ju(z)gaba a imaginarme cómo serían las vidas de las personas que me rodeaban por las calles del centro de Barcelona.
¿Cómo iba a saber yo nada sobre sus vidas?…solo me “hacía una idea” por como eran, qué me transmitía al verles la cara, la ropa que llevaban puesta, la forma de hablar, de mirar… y es que era entretenido pasar el rato en el tren así.
Qué bonita esa imagen de esa madre cogida a su niña después del colegio, qué chico más guapo... pero es un estúpido seguro..lo lleva escrito en la cara…pobrecita la novia (el chico iba solo).
Y así pasan las semanas, los años, el tiempo y te vas cruzando con muchas personas, tan diferentes, tan parecidas. Algunas nos pasan desapercibidas, otras captan nuestra atención para bien y otras para mal..El caso es que nunca imaginaba cuanto daño puede hacer ju(z)gar sin conocer. Esa tendencia a jugar a los pronósticos con solo detenerse un instante. Tenemos poca paciencia hasta para eso.
¿Alguna vez te has cuestionado cuantas personas has dejado de conocer solo por ju(z)gar a las adivinanzas? ¿Y cuantas lo habrán hecho contigo? Y cuando has sentido que te ha sucedido algo así vuelves a las lucubraciones: quizás en otro contexto hubiera sido distinto, me encontraba en un mal momento de mi vida, no es culpa mía... O quizás aquello, o quizás lo otro…Tantos "quizás", que si te lo paras a pensar entras en otro bucle. Pero ya has tenido suficiente.
La verdad es que es complicado detenerse en un mundo que te dice que avances más que los demás para triunfar.
¿Quién te enseña a detenerte? Si des de que eres niño te enseñan a andar cada vez más deprisa y aplauden la rapidez con la que terminas ese dibujo. Y no me voy a poner extremista, tú sabes de lo que hablo.
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